jueves, 4 de febrero de 2016

CAMBIA TU ACTITUD: Eres lo que piensas, sientes y haces.


Te despiertas por la mañana, te ves al espejo, y dices “un día más”. Desmotivado te bañas, tratas de desayunar rápidamente y te das cuenta que ya es tarde. Aceleras el paso, tomas tu auto y, al salir en la esquina… tráfico. Sólo tienes 15 minutos para llegar a esa cita. Tu enojo es tal, que intentas pasar por donde puedes, pero sin éxito. Ya no llegaste, te sientes sin ánimo, y estás viendo el mundo gris. Todo está mal para ti.

Te planteas si realmente estás haciendo lo que te gusta, lo que quieres y por lo que escogiste vivir en esa ciudad. El mundo pesa en tus espaldas. Llegas a la cita, con mala actitud, no logras salir de tu estado de apatía y enojo contigo mismo. Y así transcurre el día completo. Apatía, enojo, coraje y una sensación de ya no puedo más.

Lo anterior puede ser un día de muchos que vives, viendo el mundo gris, sin ánimo ni objetivo en la vida.

¿Dónde están esos días dónde querías comerte al mundo?, donde querías tener 18 o 21 para poder salir a gritar, donde deseas terminar la escuela para ser esa persona que salvaría el mundo...

La investigación ha encontrado que una actitud positiva puede retrasar el proceso de envejecimiento. La Universidad de Texas encontró que las personas con una visión optimista de la vida son menos probables a mostrar signos de debilidad en la vida, respecto a los pesimistas. Los investigadores dicen que sus hallazgos sugieren que los factores psicosociales, así como los genes y la salud física, juegan un papel importante en el envejecimiento y la edad.

En un estudio de la Universidad de Chicago se encontró que las personas optimistas consideran los cambios como un desafío y no como una catástrofe, se muestran atentos con el resto de las personas, y sienten que controlan sus vidas.

El investigador principal, el Dr. Glenn Ostir dijo a la BBC: “Creo que hay una conexión entre la mente y el cuerpo, y que nuestros pensamientos, actitudes y emociones afectan el funcionamiento físico, y sobre todo la salud, ya sea a través de mecanismos directos, como la función inmune, o mecanismos indirectos, tales como redes de apoyo social”.

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