lunes, 15 de febrero de 2016

EL OPTIMISMO, LA MEJOR ACTITUD


Como psicóloga siempre me he interesado por identificar los mecanismos que los seres humanos ponemos a funcionar en las crisis y en los momentos difíciles. ¿Qué es lo que hace que cuando la realidad se muestra adversa, podamos transformarla y ver  posibilidades? ¿Por qué muchos fracasos u obstáculos se vuelven desafíos para algunos, mientras que para otros resultan experiencias devastadoras?. Nunca olvidaré la expresión sonriente de mi padre, cuando en una sala de cuidados intensivos, víctima de una grave dolencia, era capaz de apreciar los buenos servicios de la clínica, la atención amable de las enfermeras y los médicos y mantener cada día viva la esperanza de que, a pesar del diagnóstico, mejoraría como en efecto ocurrió.

Interpretar estos acontecimientos de una manera favorable y positiva es lo que define el optimismo. Este es  el encargado de que veamos posibilidades y alternativas, aun en las situaciones más difíciles, ya que está relacionado con la tendencia a esperar que el futuro nos depare mejores cosas y  a enfrentar las dificultades con buen ánimo y esperanza. El optimismo permite tener una visión más clara de las cosas; por lo tanto, es más probable que encontremos soluciones a los problemas y, en caso de que no las haya, podemos sobreponernos a ello con mayor rapidez.

Pero ser optimista no sólo es desear que ocurra lo mejor, o que se esté exento de problemas,  significa hacer un esfuerzo y orientar nuestra energía para encontrar soluciones, ventajas y oportunidades. Implica emprender acciones con la dedicación, la persistencia y el entusiasmo necesario para que los hechos positivos sucedan. Así como revisar  que podemos  hacer para mejorar lo que está mal, y no quedarse en la crítica y en la queja.


Cómo mantener una actitud optimista.

Todos tenemos un cierto grado de optimismo y esto es lo que nos permite recuperarnos de los fracasos.

El paso hacia una actitud optimista requiere que las cosas se vean con una apariencia distinta y se descubran nuevas perspectivas. 

Para esto tenga en cuenta:
Dé a los problemas  una importancia relativa y defina estrategias concretas para resolverlos. 
Recuerde que los errores y las equivocaciones generan una experiencia positiva de aprendizaje.
Esfuércese por hallar goce en las cosas que hace. 
Disfrute del proceso y del placer de hacerlo y no sólo de los resultados. 
Ríase más a menudo.  
La risa y el buen humor ayudan a vivir mejor las emociones, mientras que preocuparse permanentemente consume los recursos que necesitamos para afrontar con éxito los retos.

Reflexione acerca de lo siguiente: 
¿Qué hace cuando se le presenta un problema? 
¿Qué actitud asume frente a los fracasos o los obstáculos? 

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